Aquel árbol

Dibujo a tinta - 2013


La vida se nos tornaba como un árbol que crece, a veces, sin saber hacia dónde se dirigen sus ramas. Que ancla sus raíces en la tierra donde su semilla fue plantada. Que aprende a desprenderse de sus hojas cuando llega el frío, para desnudo, enfrentarse a la falta de tus besos y tus abrazos. Y sus hojas, tristes de no verte, a sus pies realimentarán las raices para estar hermoso una vez más cuando vuelvas de visita otro verano que pasa rápido entre caricias y que anuncia nuevamente tu ausencia.
La vida continuaba también en septiembre, cuando se cambia de ropa para decirte adiós. Y en noviembre, cuando se la quita porque tú no estás para ver su hermosura.
La vida se parecía cada vez más a aquel árbol que nos cobijaba los meses que yo no quería dormir. Y envuelta en hojas me desperté. Hojas de color amarillo que anunciaban, nuevamente, tu partida muy lejos de mí...