Uno y uno ya no son dos...

Muak! - Grafito, 2011
Se va acercando el final. Las últimas horas de un año que a nadie ha dejado indiferente. Los últimos minutos de un año que te vió partir...
Hace un año que entre confeti me suplicabas que me quedara a tu lado, hace un año me susurrabas Te quiero... Un año en el que no he vuelto a escuchar esas palabras, aunque en mi corazón siguen grabadas.
Recuerdo el último beso, supongo que es el que nunca se olvida. Pero el primero, lejos ya del fin de este año, sigue cálido en mi boca. Aún vuelan las mariposas en mi tripa cuando viajo a ese momento en que todo daba igual, en el que una caja llena de besos te pedía ser abierta.
Apenas quedan 15 días de este año que ha corrido para que no lo pilláramos mientras perseguíamos aquello que un día, quizás una noche, perdimos entre sollozos y se lo llevó. El año que me ha enseñado que la vida, cuando menos te lo esperas se esfuma, y hay que vivirla ahora, aquí, como si todo se fuera a terminar mañana. Cuántas veces esperé para saborear una mirada, para sentir el sabor de las tardes de septiembre acurrucada junto a un manzano testigo de mis sueños... Ahora no hay esperas. No hay tiempo suficiente en el mundo para calmar mis ansias de ser.
Cada instante es una buena escusa para vivir de la mejor manera, la manera más intensa, junto a las amigas que después de años de distancia me han enseñado que siempre estuvieron conmigo, y que siempre estarán aunque no las vea, en cada estrella del cielo, en cada café en la Calle Ancha, en cada postal parisina... ; para quedarte hasta las 9 de la mañana con el hombre de tu vida discutiendo si "churros si o churros no" para ir a casa, o qué vídeo grabaremos estas fiestas entre un batido de fresa, y otro de chocolate; para ir un Segundo a visitar a quien un día, entre tanto desajuste, te elegió entre un puñado y luchó porque yo lo eligiera también; para darle una oportunidad a quienes aún no forman parte de mi camino; para bailar, cantar, reir, trabajar... y ser feliz...
Cada instante es la mejor escusa para quedarte en casa junto al compañero de fatigas peludo que duerme en la habitacion de al lado y te despierta siempre de buenas maneras; para quererme hoy porque me lo merezco, para quererte ya porque me apetece; para no volver hasta mañana...
Se acaba el año de las emociones fuertes, de las salidas sin fin, del cansancio más dulce que jamás he probado; el año del verano más rosa que las rosas secas que adornan mi habitación.
Finaliza este año que nos grita que 1 y 1 ya no son 2, pero pueden llevarse bien a pesar de todo... El año en que las sorpresas están a la orden del día, para bien o para mal, pero debemos aceptarlas como vienen y hacerlas propias de nuestra existencia, asimilarlas y vivirlas como son. Hacerlas nuestras por suerte o a pesar nuestro.
Finalizan tantas cosas que ya son parte del pasado... Pero no finalizan las ganas de seguirte hablando, de contarte que aunque nada me calma la sed que tengo, al menos me sacio a diario con todos aquellos que un día decidieron subirse a mi autobús y a día de hoy siguen acompañándome en mi trayecto.
Se acaba el año, pero yo continuo aquí, como cada diciembre, escribiendo mis recuerdos y mis deseos para una nueva etapa que comienza pronto... o que pronto finalizará para siempre...

No hay comentarios:

Publicar un comentario